miércoles, 1 de diciembre de 2010

Inflación, como afecta a las pymes

En un primer análisis del comportamiento de los precios dentro de un contexto inflacionario, la evolución de los mismos es un dato del conflicto al cual deberemos tomar especial atención.

En el articulo anterior “Como afecta la inflación a las Pymes” se planteaba la debilidad de las Pymes y su posicionamiento en la cadena productiva tanto siendo vendedoras  o compradoras  de insumos producidos por empresas dominantes del mercado.

En efecto, su participación relativa dentro de la cadena de producción se torna altamente dependiente cuando su facturación participa de manera determinante de una empresa grande ya que los productos finales de estas empresas en procesos inflacionarios son sometidos a reingenierías .

Es decir, para mantener niveles de rentabilidad y cuotas de mercado aceptables los productos sufren sustituciones de materias primas, semielaborados, cambios en los procesos, reducciones en las cantidades de su presentación, etc. en definitiva un cambio en las calidades ofrecidas.

O bien, cuando se estableció un standard de calidad que no se quiere abandonar se buscan lanzamientos de segundas marcas con precios más accesibles pero con calidades inferiores y/o cantidades ofrecidas menores.

Si bien la práctica mencionada en el párrafo anterior es  habitual donde se determina por precio las capas de mercado a las que se quiere llegar, estas prácticas se exacerban en periodos inflacionarios

La reingeniería es un proceso adecuado pero que implica inversiones para no quedar fuera del mercado y además atender la licuación del capital de trabajo que se acelera a la velocidad que se ajustan los precios.

Esta licuación se agudiza por la limitacion que encuentran las Pymes en su financiamiento formal, ya que ante su falta recurren a otros instrumentos alternativos, más caros, inducidos por la iliquidez generada en el mercado de dinero.

En esta fase es necesario también replantear una estrategia de marketing agresiva para obtener presencia y no solo conservar la cuota de mercado si no que también se pueda ganar mercado ante la posible disminución de acciones similares por parte de la competencia.

Una prolongada inflación con un tipo de cambio administrado (o fijo) provoca  que internamente exista inflación en dólares y  que la economía pierda competitividad, encaminándose   a un límite devaluatorio.

Este limite devaluatorio obliga a replantearse estrategias de inversión y fomenta el wait and see.  En Argentina hoy día   hay casos de Pymes productoras de bienes alimenticios que han retirado su marca del mercado y producen lo mismo para terceros (fason) por que se encuentran con falta de financiamiento genuino. En estos casos su horizonte de planeamiento lo tienen muy diluido y lo que aspiran es a mantener solo la empresa en pie hasta tanto cambien las expectativas.

Este coctel de medidas defensivas y ofensivas tienden a crear un muro de protección para el cual no existe una única receta ya que los problemas aquí planteamos pueden llevar a diferentes practicas donde se evalúa desde fusiones hasta  contratos de colaboración entre empresas para enfrentar esta situación altamente conflictiva

En el caso argentino la devaluación fue el ajuste  por excelencia al que se ha recurrido para volver a equilibrar los precios relativos y obtener un nuevo equilibrio.

Después de cada devaluación su efecto impulsor en la economía no alcanzó para sostener una recomposición del capital productivo, originándose así en cada una de ellas un mayor empobrecimiento, entendido como la expulsión del sistema económico de parte de las fuerzas productivas, es decir, capital y trabajo.

El efecto neto de estas crisis recurrentes fue que nos llevo a padecer graves insuficiencias productivas donde la reactivación se producían por golpes espasmódicos, que no alcanzaron para cumplir con el ciclo del capital.
A esto se suma la poca o nula previsibilidad de estos últimos años, donde se percibe al gobierno como una figura poco creíble ya que prevalece el doble discurso respecto de las medidas que llevara adelante 

La inflación en si no es un dato menor y tampoco algo del cual no deberíamos protegernos.
Un médico no puede quedarse tranquilo por que su paciente tiene un poco de fiebre, busca hasta encontrar el problema.

Lo mismo con la inflación,  no podemos desatenderla, mas en países como los nuestro que la inflación es un mal endémico.

Por tal motivo, me sorprenden algunas declaraciones de colegas destacados restándole importancia a la inflación en Argentina,  cuando hemos padecido profundos conflictos sociales y cada administración ha sufrido sus consecuencias por su banalización y las malas prácticas de la misma.

Retomando el análisis, podemos afirmar que en los últimos 40 años (aunque se podría extender) esas malas practicas por falta de Políticas de Estado sostenidas en el tiempo ha llevado a una destrucción sistemática de la capacidad instalada con lo cual se empujo a una profunda insolvencia productiva.

Esta cuestión no es privativa de Argentina ya que la podemos extrapolar a cualquier país teniendo en cuenta solo su marco de referencia y afinando su análisis característico.

Pero estas prácticas que se han mencionado en este documento son ampliamente difundidas y ejecutadas sin importar de que mercado se trate ya que estas adaptaciones se realizan en todos los aspectos del sistema económico solo que en periodos inflacionarios se exacerban y su implementación debe ser mas cuidadosa.



Para contactarnos: sabores.sfv@gmail.com


martes, 30 de noviembre de 2010

La Bersuit

Es un grupo fusion argentino que nos brinda una sintesis de lo que piensa el ciudadano comun, el que puede encontrar manejando un taxi, en la estacion de un subte, en un bar con amigos tomando un cafe, esa es la síntesis de la que se percibe un ambiente entre denso y divertido entre estresante y relajado.

El lugar comun de los chorros, polis, prostitutas, políticos, corrupción, justicia etc. y en el medio de ese aquelarre esta el ciudadano que se compromete con si mismo, el unico puerto seguro al que llega, lo demás es un devenir.

domingo, 28 de noviembre de 2010

AFIP y el lavado de dinero


En las últimas semanas la AFIP envió cartas a 320.000 compradores de dólares


La semana pasada, en pleno microcentro, una señora jubilada se acercó enojada al cajero de su banco y le empezó a reprochar por qué querían controlarla sobre el origen de los US$ 500 dólares que había comprado en esa entidad.
Cuando se llevaron los dolares (2000)
Sin entender demasiado lo que estaba ocurriendo, el empleado llamó a sus supervisores y trató de tranquilizarla: se trataba, le explicaron, de una de las más de 320.000 cartas que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) había enviado en las últimas semanas a personas que compraron dólares por pequeños montos, a raíz de supuestas inconsistencias fiscales que podrían delatar casos de evasión.
Así, el control del organismo que conduce Ricardo Echegaray contribuyó en los últimos días a recalentar el valor del dólar informal por la decisión de muchos de estos contribuyentes de usar el mercado paralelo para hacer sus operaciones, según afirmaron bancos que operan en la plaza local.
La carta indica que la AFIP debe cruzar "datos provenientes de distintas fuentes" para determinar si las compras de moneda extranjera realizadas por los destinatarios "se corresponden con los montos de ingresos y/o bienes patrimoniales emergentes de las respectivas declaraciones juradas". Por lo tanto, sin otra explicación, intimó a los contribuyentes a "regularizar la situación de períodos fiscales vencidos" y tener en cuenta las operaciones en moneda extranjera que realizaron para los vencimientos impositivos de este año, tanto del régimen general como del monotributo.
Los controles fiscales en la compra de dólares son habituales en los últimos años, pero los expertos tributarios y fuentes del mercado financiero consultados por La Nacion expresaron su sorpresa porque la AFIP está apuntando sus cañones a operaciones pequeñas y grandes, sin demasiada precisión.
El organismo recaudador no respondió ante una consulta de La Nacion por esta campaña masiva, aunque, tiempo atrás, el subdirector de fiscalización del organismo, Horacio Curien, había indicado que desarrollarían estos controles al haber hallado "inconsistencias" entre las compras de divisas y las declaraciones juradas de los contribuyentes que recibieron -o recibirán- estos categóricos mensajes.
"Existe la posibilidad de que no nos cierren las compras por algún hecho que no conocemos, como, por ejemplo, si alguien recibió una donación y no llegó a declararla. Aunque también estamos viendo que hay compras en el mercado formal que se hacen con ingresos en negro", expresó entonces el funcionario.
Tan minucioso es el control, que la AFIP controla, entre otros grupos, a jubilados que cobran pensiones del exterior y a personas que viajan por trabajo a otros países. "Están viendo a ver si pescan algo grande con una red de tipo mediomundo, pero en el medio están dejando atrapados a peces demasiado pequeños", dijo un experimentado contador, que aclaró que, más allá de las molestias, el organismo puede ejercer legalmente estos controles.
A las cuevas
Lo que no puede controlar la AFIP es que, en un contexto de intranquilidad externa por la fuerte crisis europea, su misión termine contribuyendo a aumentar el valor del dólar "blue" (como se conoce en el mercado a las compras informales de la divisa), que esta semana llegó a cotizar a $ 4,09, contra $ 3,98 del billete oficial, una brecha que no se había observado en mucho tiempo.
"Está claro: la gente siente que la están apretando y se va a las cuevas para no tener que justificarse", admitió un resignado banquero acostumbrado a tratar con clientes minoristas.
El efecto indeseado de esta campaña de la AFIP es que la mayor demanda en el circuito informal implica un perjuicio para la bancarización que, con toda lógica, promueven el Gobierno en general y el Banco Central en particular, para blanquear la economía y evitar los casos de inseguridad bancaria, según los expertos.
Otro factor que podría estar contribuyendo a esta mayor informalidad, aunque para ahorristas de mayor envergadura, es la reciente norma de control conjunto de la AFIP, el Banco Central y la UIF, que exige que las compras mayores de US$ 20.000 mensuales se hagan con fondos en pesos de una cuenta bancaria del cliente para combatir casos de lavado y evasión fiscal.
Pero cuando este dinero está depositado en sucursales de la provincia de Buenos Aires, al costo propio de la operación hay que sumarle hasta un 5% adicional, correspondiente a la tasa de ingresos brutos, lo que disuade a muchos clientes de dejar el dinero depositado en los bancos.
Días atrás, la Asociación de Bancos (ABA), que agrupa a las entidades financieras extranjeras radicadas en el país, advirtió que la proliferación de tasas municipales y provinciales para clientes del sistema financiero también podía conspirar, junto con el impuesto al cheque, contra el objetivo del gobierno nacional de lograr que la gente utilice más sus cuentas bancarias y menos el dinero en efectivo.


Martín Kanenguiser
LA NACION