domingo, 15 de abril de 2012

OBAMA Y CRISTINA , Promesas sobre el Bidet

CARTAGENA DE INDIAS.- La presidenta Cristina Kirchner escuchó ayer del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, su preocupación por las diferencias comerciales en la agenda bilateral, que según la versión de la Casa Rosada son "pequeñas".

En medio de las críticas a la Argentina que motorizó Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las trabas a las importaciones , la Casa Blanca informó anoche en un comunicado de prensa que, en la reunión con la Presidenta, Obama había "reiterado su preocupación en relación con determinados asuntos comerciales".

Al final del encuentro, el canciller Héctor Timerman afirmó que Obama había instado a Cristina Kirchner a que se reúnan los técnicos de ambos países para destrabar las diferencias.



Pero intentó minimizar el reclamo: "Obama le aclaró a la Presidenta que aunque puedan existir en algunos temas pequeñas diferencias comerciales, de ninguna manera serán el centro de la relación de los dos países".

El comunicado de la Casa Blanca destaca también la idea de "enfocarse en la agenda positiva".

Minutos antes del encuentro, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, había anticipado que la cuestión comercial sería eje de la charla. "Creemos que todos los negocios y todos los países deben adherir a estándares claros. Llevamos casos a la OMC cuando creemos que no se cumplen las reglas", dijo. Aunque matizó: "La relación entre los dos países es amplia y puede prosperar a pesar de diferencias ocasionales".

Al salir de la reunión, Timerman fue esquivo y no quiso dar detalles de las diferencias puntuales, pero dio una pista cuando admitió que la Presidenta le había aclarado a Obama que la Argentina era el país en el que más habían crecido las importaciones durante 2011 dentro de los países del G-20. Fue su manera de defenderse de las críticas, aunque las palabras fueron cuidadas y nadie quiso hablar de malestar o tensión por las trabas comerciales impuestas por la Argentina. Con esa postura, incluso, Cristina se explayó durante su discurso en la VI Cumbre de las Américas ante otros presidentes que habían adherido al reclamo contra el proteccionismo argentino, como México.

Timerman se dedicó también a ser vocero de la Casa Blanca. Tenía el texto escrito en su tablet y leyó textual ante las cámaras de TV lo que presentó como una cita de Obama dedicada a los medios argentinos: "Presidenta, esto es on the record , que conste en actas. Si algún periodista le pregunta sobre el contenido de nuestro diálogo, dígale que no se planteó ninguna exigencia sobre ningún tema y sigamos manteniendo este tipo de diálogos en cada encuentro que podamos".

Las declaraciones previas de Rhodes podían hacer imaginar un tono algo más severo. Si bien señaló que Obama busca "tener una relación constructiva con la Argentina", advirtió que si llegara a haber una ruptura seria de reglas de juego, su país la llevaría "a las organizaciones internacionales competentes".

Estados Unidos no sólo motorizó una dura crítica de 40 países en la OMC contra la Argentina, sino que quitó al país del sistema de preferencias arancelarias. Eso marcó una nueva tensión después del avance que había significado la reunión bilateral de noviembre pasado, en Cannes.

"Acordaron que los temas de la relación de comercio sólo serán analizados por los expertos por indicaciones de los dos presidentes y quedaron en que ambos titulares en temas comerciales se van a reunir para ver las diferencias que puede haber y trabajar en esos temas", dijo Timerman anoche.

La comitiva argentina minimizó cualquier planteo o queja de Obama. Preguntado y repreguntado el canciller y el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, no quisieron explicar cuáles habían sido las "pequeñas" diferencias. Por la defensa de la política de importaciones que hizo la Presidenta en la cumbre, el tema de las trabas comerciales fue central. "La Argentina es el segundo país que más amplió sus importaciones durante 2011 con un 30%, lo que supera ampliamente a la mayoría de los países desarrollados que integran el G-20", enfatizó.

El pedido de reunión por parte de Obama había generado una fuerte incertidumbre en el gobierno argentino. "No nos convoca una reunión para felicitarnos", sostenían en los pasillos del Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala, ubicado en la bahía de esta ciudad antigua y turística donde el Caribe se abre paso entre las callejuelas de piedra.

La reunión consistió en una charla de entre 15 minutos y media hora en medio de las deliberaciones de la VI Cumbre de las Américas.

Ambos presidentes dieron sus discursos en el plenario y se levantaron para verse cara a cara. Un salón VIP de paredes vidriadas, con vista a la explanada de piedra que recuerda con estatuas y placas a los héroes locales asesinados por fusilamiento, sirvió de escenario para la cita. A último momento ambos sumaron a sus colaboradores. Cristina llevó al canciller y al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Obama estuvo junto a Hillary Clinton y Dan Restrepo, asesor para América latina.

La reunión había tenido en la antesala un duro reproche de Timerman hacia Estados Unidos, al que acusó de hacer caer la declaración final de la cumbre por su falta de apoyo a la propuesta de integrar a Cuba. Pero cuando ya la noche había caído sobre el mar y el encuentro con Obama había pasado, contó que Cristina nada le dijo a su par de ese tema. En el cara a cara, al menos por parte de la Presidenta, no hubo críticas a Obama.

LA NACION

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