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3 asteroides pasarán cerca de la Tierra, mañana el primero


Para mañana 27 de septiembre 2011 tendremos la aproximación de un objeto celeste a nuestro planeta, y no me refiero al tan mencionado cometa Elenin. Me refiero al asteroide 2011 SE58, de 13 metros de diámetro, el cual estará a una distancia de 230,640 km de nuestro planeta (0,6 LD); es decir, casi la mitad de la distancia que separa la Tierra de la Luna (para ser exactos, dos tercios más cerca que la Luna). El mismo aparece publicado en SpaceWeather.com, en su lista de asteroides potencialmente peligrosos. Junto a éste, encontramos también otros dos objetos a ser considerados y que sobresalen en rojo en la mencionada lista (ver más abajo).

El 17 de octubre 2011, el asteroide 2009 TM8, de 8 metros de diámetro, estará a 0,9 LD (distancias lunares) de la Tierra, y para el 8 de noviembre 2011 el no menos famoso, asteroide 2005 YU55, de 175 metros de diámetro, estará a 0,8 LD (distancias lunares) de la Tierra. Todo esto destacado dentro de un grupo de 1.250 asteroides potencialmente peligroso.


Relación de los asteroides que tendrán un encuentro próximo a la Tierra. Los destacados en color rojo corresponden a los asteroides 2011SE58, 2009 TM8 y 2005 YUGG.

El asteroide 2005 YU55 es un asteroide del tipo C que, en su momento más próximo a la Tierra alcanzará un brillo de magnitud visual de 11 º y deberá ser visible fácilmente para los observadores en los hemisferios norte y sur. La aproximación más cercana a la Tierra y la Luna será de 0,00217 AU y 0,00160 UA respectivamente. La hora estimada es 08 de noviembre 2011 a las 23:28 UT y 9 de noviembre 2011 a las 07:13 UT.

2005 YU55 fue descubierto el 28 de diciembre 2005 por Robert McMillan del Programa de Spacewatch, cerca de Tucson Arizona, sin embargo, el objeto ha sido observado previamente por Mike Nolan, Ellen Howell y sus colegas con el radar de Arecibo entre el 19 y el 21 abril 2010, mostrando ser un objeto muy oscuro y de forma casi esférica. Debido a su período de rotación aproximado de 20 horas, es ideal para las observaciones de radar, siendo el mejor momento cuando el objeto entre en la ventana de observación del radiotelescopio de Arecibo el 8 de noviembre 2011.

Trayectoria del asteroide 2011 SE58.


Trayectoria del asteroide 2009 TM8.

Trayectoria del asteroide 2005 YU55.

Aunque es clasificado como un objeto potencialmente peligroso, 2005 YU55 no representa una amenaza de colisión con la Tierra durante al menos los próximos 100 años. Sin embargo, esta será la aproximación más cercana hasta la fecha por un objeto tan grande que conocemos de antemano y un evento de este tipo no volverá a suceder hasta el 2028 cuando el asteroide 2001 WN5 cruce entre nosotros y la Luna a 0,6 LD (distancias lunares).

Fuente: Spaceweather.com


Como pueden observar, aunque veamos una trayectoria (como las anteriores) donde hay un ligero acercamiento del astetoide, la realidad es que al ponerla totalmente horizontal (cero grados latitud eclíptica) no hay roce alguno con el asteroide.


NASA tiene vigilados 90% asteroides cercanos a la Tierra




Nuevas observaciones del telescopio espacial infrarrojo WISE de la NASA muestran que hay un número significativamente menor de asteroides cercanos a la Tierra de tamaño medio de lo que inicialmente se pensaba. Los resultados también indican que la NASA ha encontrado más del 90 por ciento de los grandes asteroides cercanos a la Tierra, una meta fijada por el Congreso de Estados Unidos en 1998.

Actualmente, los astrónomos estiman que hay aproximadamente 19.500 - y no 35.000 - asteroides de tamaño medio cercanos a la Tierra. Los científicos dicen que esta mejor comprensión puede indicar que el peligro para la Tierra podría ser un poco menor de lo que se pensaba. Sin embargo, queda por localizar la mayoría de esos asteroides.


Las observaciones de NEOWISE indican que hay al menos un 40% menos de asteroides cerca de la Tierra en total que son más grandes que 330 pies, o 100 metros. Los cuatro planetas interiores de nuestro sistema solar son mostrados en verde, y nuestro sol está en el centro. Cada punto rojo representa un asteroide. Los tamaños de los objetos no están a escala. Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech.


Los resultados provienen del censo más preciso hasta la fecha de asteroides cercanos a la Tierra, en el que se consideran las rocas espaciales que orbitan dentro de un radio de 195 millones de kilómetros del sol en cercanías orbitales de la Tierra. WISE puede observar la luz infrarroja de los asteroides de gran y mediano tamaño. Los resultados del estudio aparecen en la revista Astrophysical Journal.


WISE escrutó el cielo dos veces en luz infrarroja entre enero de 2010 y febrero de 2011, tomando fotos de forma continua desde las galaxias distantes a los asteroides y cometas cercanos a la Tierra. La misión extenida NEOWISE ha observado más de 100.000 asteroides en el cinturón principal entre Marte y Júpiter, además de por lo menos 585 cerca de la Tierra.

Esta imagen muestra como los datos del Explorador de Visión Amplia Infrarroja WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA, han catalogado la población estimada de asteroides cerca de la Tierra. Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech.

WISE capturó una muestra más exacta de la población de asteroides que las anteriores encuestas de luz visible debido a que sus detectores de infrarrojos pueden ver tanto objetos claros como oscuros. Es difícil para los telescopios de luz visible ver las cantidades de tenue luz visible reflejada por los asteroides más oscuros. Los telescopios infrarrojos detectan el calor de un objeto, que depende del tamaño.

Aunque los datos de WISE revelan solo una pequeña reducción en el número estimado de grandes asteroides cercanos a la Tierra, de un kilómetro de diámetro y más, muestran que el 93 por ciento de la población estimada ha sido encontrada. Esto cumple con el objetivo fijado por el Congreso de Estados Unidos.

Esta imagen ilustra como el infrarrojo es usado para determinar exactamente el tamaño de un asteroide. Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech.

Estos grandes asteroides son aproximadamente del tamaño de una pequeña montaña y podría tener consecuencias mundiales si golpeasen la Tierra. Los nuevos datos revisan su número total de cerca de 1.000 hasta 981, de los cuales 911 ya han sido encontrados. Ninguno de ellos representa una amenaza a la Tierra en los próximos siglos. Se cree que todos los asteroides cercanos a la Tierra de aproximadamente 10 kilómetros de diámetro, tan grandes como el que se cree que acabó con los dinosaurios, han sido ya encontrados.

"El riesgo de que un asteroide muy grande impacte en la Tierra antes de que pudiéramos encontrarlo se ha reducido considerablemente", dijo Tim Spahr, director del Centro de Planetas Menores en el Centro Harvard Smithsonian para Astrofísica en Cambridge.

Esta imagen ilustra como los telescopios del tipo infrarrojo son mejores para el descubrimiento de asteroides pequeños y oscuros que los telescopios que detectan luz visible. Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech.

La situación es diferente para los asteroides de tamaño medio, que podrían destruir un área metropolitana si se tratara de un impacto en el lugar equivocado. Los resultados de NEOWISE encuentran un mayor descenso en la población estimada para estos cuerpos que la observada para los asteroides más grandes. El esfuerzo de exploración ha permitido el seguimiento hasta ahora de 5.200 asteroides aunque aún restan unos 15.000 por descubrir. Además, se estima que hay un millón de objetos más pequeños que podrían causar daños si chocaran contra nuestro planeta.

Fuente: Europa Press - Physorg.com


El telescopio de la NASA, WISE, puede identificar y fotografiar tanto a cuerpos celestes claros como oscuros, gracias a sus detectores de infrarrojos. Mediante este sistema, el aparato también puede calcular la temperatura del objeto identificado, lo que permite conocer su tamaño.

Dentro de la Tierra hay suficiente agua para llenar 10 veces los océanos actuales



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En la escuela primaria, nos enseñan con bastante fascinación el ciclo del agua: se evapora de mares y lagos para formar nubes, cae como lluvia, fluye hacia el mar en arroyos, ríos y napas subterráneas, para volver al punto de partida.

Pues bien, parece que en realidad este ciclo cerrado hasta ahora conocido es sólo una parte en un proceso infinitamente mayor y poderoso: se sospecha que entre los 400 y los 700 kilómetros de profundidad, en el denominado manto terrestre, hay agua... y mucha, como para llenar diez veces los océanos actuales.

Esa agua no forma mares subterráneos. Se encuentra atrapada dentro de la estructura química de rocas extrañas, como la wadsleyita, piedras que sólo se forman bajo condiciones brutales de temperatura y de presión.Los geólogos y planetólogos empiezan a intuir que el agua de abajo mantiene un ciclo equilibrado con la que vemos en la superficie.

Por ejemplo, sale a la luz gracias a ciertas formas de actividad volcánica, como la que dio origen a los archipiélagos de las islas Hawaii. Con el paso del tiempo, el agua -encapsulada químicamente en rocas duras- retorna lentamente a las profundidades, hundiéndose junto a alguna placa tectónica en movimiento.



La Tierra es un planeta bien organizado. Del amasijo de rocas al rojo vivo que era el planeta hace varios miles de millones de años, se fueron diferenciando distintas capas de rocas por la acción de la gravedad. Algo parecido a lo que ocurre con un chorro de tinta que se echa en un vaso de agua: con el paso de los días, la tinta -que es más pesada- comienza a acumularse en el fondo.

Así, el núcleo terrestre terminó acumulando los materiales más pesados. Es una masa de hierro y níquel cuya temperatura supera los seis mil grados. Tal como un carozo duro y denso puede estar envuelto en la carne fofa de una fruta, el núcleo terrestre está encapsulado por el manto, compuesto por dos capas sucesivas de roca densa de silicio y magnesio, que la presión y la temperatura vuelven fluida como la plastilina.

La plasticidad de las rocas del manto les permite moverse como si fueran verduras en una enorme y densa sopa. Y esos lentos, constantes e irresistibles movimientos del manto externo agitan de aquí para allá la corteza terrestre, que flota como puede sobre el tumulto. El efecto de tanta movida es un constante -aunque lento- reordenamiento de la geografía: los continentes chocan, se rompen, se separan, y los mares y océanos cambian constantemente de lugar.

En este cuadro conocido desde hace tres décadas, ahora está apareciendo una doble novedad: la primera, es la existencia de inmensas reservas de agua en el manto, ubicadas en gigantescos depósitos de wadsleyita y rocas similares, a profundidades que van de los 400 a 700 kilómetros, según donde se mida. Aparentemente, la wadsleyita puede almacenar entre el 1 y el 4 por ciento de su peso en agua, incluso a temperaturas de 1.000 grados. Según se mida, eso da para llenar de 10 a 30 veces los océanos de la superficie.


La segunda gran noticia es la certeza de que esta enorme cantidad de agua, hasta ahora secreta, es fundamental para el funcionamiento de esa verdadera máquina biológica que es al fin y al cabo el planeta Tierra. El puntapié inicial de este descubrimiento lo dieron los geólogos expertos en petróleo.

A finales de los años ochenta, Joseph Smyth, de la Universidad de Colorado, descubrió que la wadsleyita, hasta entonces considerada una piedra seca, funcionaba como una esponja. Y Alan Major, de la Universidad de Canberra, también descubrió rocas profundas también capaces de contener agua.

De pronto, Mark Richards, geólogo teórico de la Universidad de California, sumó dos más dos y salió con una nueva y original explicación sobre los fenómenos volcánicos más profundos. Esos son las plumas del manto, burbujas gigantes de roca líquida que emergen desde 600 o 700 kilómetros de profundidad y crean cadenas de islas en el mar, o que repavimentan súbitamente de lava miles de kilómetros de tierra continental.

Para Richards, esas burbujas flotan respecto del manto no porque sean más calientes sino porque tienen más agua, lo que las vuelve más livianas.




Movimientos profundos
La idea del agua en el manto le puso la pelota en el área chica a otros dos teóricos, Chris Hawkesworth de la Universidad Abierta de Milton Keynes y Kerry Gallagher, de la Universidad de Londres. Ambos se anotaron un gol al proponer un mecanismo similar para un fenómeno hasta hoy inexplicado: los terremotos profundos, que suceden a 600 kilómetros de profundidad.

Cuando el exceso de presión exprime el agua de las rocas hidratadas, ésta se acumula en reservas que facilitan el deslizamiento de las rocas sometidas a tensión. Resultado, un terremoto.

Si el ciclo de renovación entre el agua profunda y la superficial se rompiera, nuestro planeta podría ser un desierto frío al estilo de Marte, o un horno húmedo a 500 grados de temperatura, al estilo de Venus (donde el exceso de agua en la atmósfera local atrapa demasiado calor solar).

Esto subraya la idea de que la vida pudo haber brotado en cualquiera de estos tres planetas interiores del sistema solar. Si lo hizo y se mantiene en el nuestro, es por una suma increíble de casualidades.

Fuente: H2Onew.com

Científicos advierten posible megaterremoto, lo peor aún no ha llegado


Los científicos lo advierten y quieren que se les escuche con claridad. Un megaterremoto de al menos 8,5 grados en la escala de Richter y con el potencial de formar un tsunami tan letal como el que mató a 226.000 personas en 2004 se gesta junto a la isla indonesia de Sumatra. No es el único lugar del mundo en peligro. Estambul corre grave peligro de sufrir varios movimientos telúricos, según un nuevo estudio computacional. Los investigadores quieren que los gobiernos de estos países y las organizaciones internacionales tomen «medidas urgentes» al respecto para evitar cientos de miles de víctimas.

Con la comunidad internacional desbordada por la tragedia humana de Haití, sismólogos y geólogos de Estados Unidos, Indonesia y Reino Unido han coincidido en subrayar en los últimos días que un sismo de grandes proporciones va a castigar de nuevo el Sudeste Asiático. Será el más terrible de los seísmos previstos.

«Hay una gran probabilidad de que se produzca un gran terremoto con una magnitud de más de 8,5 en las (islas) Mentawai, junto a Sumatra. Y es muy posible que ese seísmo provoque un tsunami», asegura el sismólogo indonesio Fauzi, director de la Agencia Meteorológica y Geofísica de Indonesia (BMG). Su colega, el afamado profesor John McCloskey, del Instituto de Investigación de Ciencias Medioambientales de la Universidad del Ulster, ha alertado esta semana en la revista especializada «Nature Geoscience» sobre el mismo peligro. Un movimiento telúrico de gran magnitud y epicentro próximo al litoral puede generar una ola gigante que arrase las pobladas costas de Sumatra y cause decenas de miles de víctimas.

En concreto, McCloskey apuntó que una de las zonas más proclives a ser devastada es Padang, capital de la provincia de Sumatra Occidental, con una población de un millón de habitantes y que fue parcialmente destruida en el seísmo de magnitud 7,6 que el pasado septiembre mató a al menos 1.100 personas.


Conformación de las placas tectónicas en el mundo.


Acciones urgentes


«La potencial pérdida de vidas sería similar a la del tsunami del océano Índico de 2004», calculó McCloskey, en referencia a la catástrofe que mató a unas 226.400 personas y dejó varios millones de damnificados en 13 países hace algo más de cinco años. «La amenaza de un fenómeno así es clara y la necesidad de tomar acciones urgentes para mitigar (el impacto) es extremadamente importante», ha añadido el experto, muy reconocido en su ámbito tras prever con dos semanas de anticipación el seísmo de marzo de 2005 en la isla de Nias, al oeste de Sumatra.


El epicentro del futuro cataclismo, según Fauzi, McCloskey y otros colegas, se situará bajo la pequeña isla de Siberut, en las Mentawai, un apartado archipiélago al oeste de Sumatra con un extenso historial sísmico. Atraviesa su fondo marino la falla de Sonda, donde colisionan las placas tectónicas indoaustraliana y euroasiática, una de las fracturas más activas de la corteza terrestre.


«A punto de romper»


Según las investigaciones de McCloskey, la región sufre, de media, un gran terremoto cada dos siglos y la falla lleva acumulando tensión desde 1797, el último gran seísmo, por lo que concluye que está «a punto de romper». La cuestión sobre la que ningún experto se atreve a pronunciarse con exactitud es cuándo se producirá la catástrofe. «Lo más probable es que se produzca en las próximas décadas. Entre dentro de treinta segundos y dentro de treinta años», aseguró Kerry Sieh, director del Observatorio Tierra de Singapur.


Tras coincidir en el diagnóstico, los sismólogos apuestan por que los gobiernos centrales y regionales se preparen para minimizar el número de víctimas entre la población. «Lo verdaderamente importante no es saber cuándo ocurrirá ese megaterremoto, sino prepararse. La mayoría de las muertes se produce por el derrumbe de edificios, los corrimientos de tierras y los tsunamis. Ahí es donde hay que incidir», aseguró Fauzi.


Peligro en Estambul


Otros investigadores también advierten de que las tensiones en falla de Anatolia del Norte pueden desencadenar varios terremotos que pongan en peligro extremo a Estambul. En la última edición de Nature Geoscience, expertos del Instituto de Tecnología de Karlsruhe y del Centro Alemán de Investigación de Geociencias presentan una simulación por ordenador que indica que se producirán dos o tres seísmos de una magnitud menor en lugar de uno enorme en la zona. La megalópolis turca se encuentra en extremo peligro, al estar situada a sólo 20 kilómetros de la falla. Por este motivo, consideran esencial que la población tome precauciones.


En agosto de 1999, 18.000 personas fallecieron en el terremoto que sacudió el noroeste y el centro de Turquía, con epicentro en Izmit y con una magnitud de 7,4. Fue el más reciente de una serie de seísmos en la zona que comenzó en 1939 en el este de Turquía y gradualmente corrió a lo largo de la frontera entre la placa de Anatolia y la Euroasiática, de este a oeste. Por lo tanto, según los científicos, el próximo terremoto de esta serie puede producirse de nuevo al oeste de Izmit, es decir, al sur de Estambul.

Fuente: abc.es



Gráfica del flujo de rayos X donde se muestra la incidencia de viento solar en nuestra atmósfera (StarViewerTeam)




Recientemente se ha publicado un estudio relacionado con el posible impacto de una tormenta solar de tipo "M" que ha generado picos de viento solar superiores a los 800 Km/s. De confirmarse, habríamos sido impactados lo cual incrementaría el riesgo de seísmos en la zona de Alaska y Noruega en la zona del Mar del Norte, y al mismo tiempo en la zona de las Islas Salomón, Hawai y Nueva Zelanda. Precaución en Chile, Venezuela y Honduras.




La información se encuentra disponible en la web StarViewerTeam




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La NASA desarrolla un un negro mucho mas oscuro 

Negro es negro, ¿verdad? Pues no es así, según un equipo de ingenieros de la NASA quienes desarrollaron 
un color negro mucho más intenso; el material permitirá a los científicos obtener mediciones científicas u observar objetos astronómicos que no han podido ser captados en la actualidad, como por ejemplo, planetas del tamaño de la Tierra en órbita alrededor de otras estrellas.
El material basado en la nanotecnología ya está siendo evaluado por un equipo de 10 técnicos de la NASA en el Goddard Space Flight Center en Greenbelt, Maryland. Consiste es una capa delgada de nanotubos de carbono de pared múltiple - pequeños tubos huecos de carbono puro que es 10.000 veces más delgada que una hebra de cabello humano. Los nanotubos tienen una multitud de usos potenciales, especialmente en la electrónica, gracias a sus propiedades eléctricas y su extraordinaria fuerza. El interés de la NASA está en usar dicha tecnología para recubrir el interior de las cámaras y telescopios que hay en el espacio, ya que por ahora el 40% de las fotos no se puede utilizar debido a la contaminación lumínica.

Mejor que la pintura

"Esta es una tecnología que ofrece una gran cantidad de recuperación de la inversión", dijo el ingeniero de Leroy Sparr, que está evaluando su eficacia en el Radiómetro Marino para la Evaluación de carbono (ORCA), un instrumento de nueva generación que está diseñado para medir la fotosíntesis marina. "Es 10 veces mejor que la pintura negra" normalmente utilizada por los diseñadores instrumento de la NASA para suprimir la luz externa, dijo. La NASA utiliza pintura Z306 para su color negro, pero esta nueva pintura, hecha de nanotubos de carbono crecidos sobre titanio, es 10 veces más negra que la pintura más negra que hay hasta ahora en el mundo.

La tecnología funciona, debido a su capacidad de super-absorción. Los nanotubos están de forma vertical, a manera muy similar al de una alfombra de peluche. Los pequeños huecos entre los tubos absorben el 99.5% de la luz que les llega. En otras palabras, muy pocos fotones se reflejan en la capa de nanotubos de carbono, lo que significa que la luz externa no se refleja en la superficie evitando que la misma interfiera con la luz que los científicos realmente quieren medir. El ojo humano capta el material como si fuera de color negro, ya que sólo una pequeña fracción de la luz se refleja en él.


Los nanotubos de carbono de pared múltiple son pequeños tubos huecos de carbono puro, 10.000 veces más delgadas que un cabello humano. La NASA está investigando su uso para ayudar a suprimir la luz que rebota en los componentes e instrumentos de mediciones. Crédito: NASA.


El equipo comenzó a trabajar con esta tecnología en 2007. La sede en Nueva York del Rensselaer Polytechnic Institute también realizo un esfuerzo similar en 2008 y anunció que sus investigadores han desarrollado el material más oscuro jamas hecho basado en nanotubos de carbono - tres veces más oscuro que el anterior. "Nuestro material no es tan oscuro como la de ellos", dijo John Hagopian, el investigador principal líder del equipo de desarrollo. "Pero lo que está en desarrollo es 10 veces más negro que las actuales pinturas que utiliza la NASA para suprimir la "contaminación de luz". Por otra parte, será algo robusto para aplicaciones espaciales", dijo.

Esa es una distinción importante, dijo Carl Stahle, jefe adjunto del Goddard's Instrument Systems and Technology Division. No toda tecnología se puede utilizar en el espacio debido a las duras condiciones ambientales encontradas allí. "Esa es la verdadera fuerza de este esfuerzo", dijo Stahle. "Encontrar la forma de aplicar estas nuevas tecnologías en nuestros instrumentos".


El investigador John Hagopian muestra ambas pinturas. A la izquierda la pintura negra que normalmente utiliza la NASA; la muestra a la derecha es el material nuevo basado en nanotubos de carbón. Crédito: Chris Gunn / NASA.


Gran Avance

El avance fue el descubrimiento de una capa inferior de material altamente adhesivo sobre la cual crecen los nanotubos de carbono, con apenas unas decenas de nanómetros de diámetro. Para hacer crecer los nanotubos de carbono, los científicos aplican una capa de catalizador de hierro sobre una capa inferior con substrato de silicio. A continuación, se expone el material a una temperatura de 750 ° C (1.382 ° F). Mientras se calienta, el material es bañado por el carbono que contiene el gas como materia prima.

Stephanie Getty, experta en materiales del equipo de Hagopian, cambia la capa inferior, así como también el espesor de los materiales del catalizador con la finalidad de crear nanotubos de carbono que no sólo absorben la luz, sino también que puedan permanecer unidos a la materia sobre la que se desarrollan. Como resultado, son más durables y menos propensos a rasgarse. El equipo también ha desarrollado recubrimientos duraderos en nanotubos de titanio, un material estructural con una mejor aplicación en el espacio. El equipo trabaja en afinar las técnicas de producción para asegurar una calidad constante y con una mejor capacidad de supresión de luz, dijo Hagopian.

Se agregaron nuevas capacidades

Si el equipo logra demostrar la idoneidad del material en el espacio, el material podría proporcionar beneficios reales a los desarrolladores de instrumentos, agregó Hagopian.

En la actualidad, los desarrolladores de instrumentos utilizan la pintura negra en bafles y otros componentes para reducir la "contaminación de luz". Pruebas realizadas han demostrado que la reflectancia es mínima, resultando en un recubrimiento mucho más eficaz que la pintura, permitiendo a los desarrolladores de instrumentos focalizarse en hacer crecer estos nanotubos de carbono en componentes específicos, simplificando el desarrollo en diseño y reduciendo la cantidad de bafles. Para poder dar cabida a grandes componentes, el equipo trabaja en la instalación de un horno de seis pulgadas con capacidad para hacer crecer nanotubos de componentes que miden hasta cinco pulgadas de diámetro. También están desarrollando una técnica independiente para crear hojas de nanotubos que podrían se aplicados a equipos más grandes con superficies irregulares.

Comparativo de imágenes; a la izquierda usando la pintura Z306 y a la derecha la nueva pintura con tecnología de nanotubos de carbón.
Esta tecnología además de simplificar el diseño de instrumentos, permitirá a los científicos obtener mediciones muy complicadas que antes no eran posibles debido a las limitaciones técnicas existentes; podrán reunir información acerca de aquellos objetos lejanos que se encuentran en zonas de alto contraste, como los planetas en órbita alrededor de otras estrellas, afirma Hagopian.

El equipo ORCA, pondrá a prueba esta tecnología en el Aerosol/Cloud/Ecosystems (ACE), misión que requiere de una tecnología robusta en la supresión de luz, en donde más del 90% de la luz recogida por el instrumento proviene de la atmósfera. El equipo busca suprimir la luz entrante para que esta no contamine la débil señal que recibe.

"Ha sido un problema con todos los sensores oceánicos que hemos utilizado hasta ahora", dijo Chuck McClain, Investigador Principal del ORCA.

"Tener un amortiguador eficiente es algo crítico y los nanotubos podrían ser la solución", dijo McClain. "En este momento, parece prometedor", agregó Sparr. "Si puedo apoyarlos para que puedan seguir avanzando en el desarrollo de esta tecnología, pueda que la misma se aplique en un futuro a otros proyectos tan importantes para la NASA".

El equipo espera recibir el premio "Innovador del Año 2010" por los aportes de su organización al desarrollo de nuevas técnicas. "Nuestro trabajo es desarrollar y promover nuevas tecnologías que en última instancia se traducirán en mejores mediciones científicas. Goddard tiene una bien merecida reputación por la creación de tecnologías que mejoran el rendimiento, gracias a la experiencia en tecnología emergente para aplicaciones específicas de los vuelos espaciales. El equipo ha demostrado su fuerza, y al hacerlo, está liderando el camino de la NASA en la búsqueda de lograr nuevos descubrimientos a nivel científico", dijo Hughes.


Por Lori J. Keesey
Goddard Space Flight Center, Greenbelt, Maryland

Traducido por Juan Carlos Jiménez
Fuente: NASA


El Descubrimiento de Una bacteria en Arsénico PUEDE redefinir La Vida




Científicos de la NASA anunciaron este jueves el descubrimiento de una bacteria que crece y subsiste bajo un ambiente de arsénico, en lugar de fósforo (uno de los seis elementos considerados esenciales para la vida) abriendo la posibilidad de que otros organismos puedan existir en otras partes del universo bajo ambientes inimaginables, inclusive en nuestro planeta.

La bacteria, descubierta en el fondo del lago Mono en California, ha crecido durante meses en un laboratorio bajo una mezcla de arsénico en donde poco a poco fue alterando los átomos de fósforo existentes en su pequeño cuerpo hasta convertirlos en átomos de arsénico. Estos resultados, de confirmarse, podrían ampliar la noción que tenemos acerca de cómo y dónde podría formarse la vida. "No es un misterio, cuando se mira a la vida tal como es", dijo Dimitar Sasselov, astrónomo del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica y director del instituto sobre los orígenes de la vida, quien no estuvo involucrado en la investigación. "La naturaleza utiliza un sistema restrictivo de moléculas que provoca miles de reacciones químicas. Este es nuestro primer atisbo y tal vez encontremos otras más".


La Dra. Felisa Wolfe-Simon, astrobióloga de la NASA en el United States Geological Survey en Menlo Park, California, dirigió el experimento, y dijo, "Este es un microbio que nos ha resuelto el problema de cómo vivir de una manera diferente". Esta historia no es sobre el Lago Mono o sobre el arsénico, dijo, sino de "romper esquemas, abrir la puerta y encontrar que, lo que pensamos son constantes fijas de la vida realmente no lo son". La doctora Wolfe-Simon y sus colegas publicarán sus hallazgos en la revista Science.

La Dra. Felisa Wolfe-Simon toma muestras de sedimento de las costas del Lago Mono en California.


Caleb Scharf, un astrobiólogo de la Universidad de Columbia que no formaba parte de la investigación, dijo estar sorprendido. "Es como si tú o yo nos transformáramos en cyborgs después de ser lanzados en un cuarto de chatarra electrónica, sin nada que comer", dijo. Gerald Joyce, un químico y biólogo molecular del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla, California, dijo que el trabajo "muestra, en principio, que pueden haber formas diferente de vida", pero señaló que incluso estas bacterias provienen de un mismo árbol de vida como el resto de nosotros, al igual que los extremófilos que existen en los respiraderos del océano.


"Es una historia realmente buena acerca de la capacidad de adaptación de nuestra forma de vida", dijo. "Deja mucho que pensar sobre lo que podríamos encontrar en otros mundos".


Los resultados podrían tener un impacto importante en las misiones espaciales a Marte y otros lugares en búsqueda de vida. Los experimentos en esas misiones están diseñados para descubrir un puñado de elementos químicos y sus posibles reacciones, las mismas que caracterizan la vida en la Tierra. Las sondas Viking no lograron encontrar vida en Marte en 1976, señaló el doctor Wolfe-Simon, pues fueron diseñadas antes del descubrimiento de gusanos de tubo y otras formas de vida extraña que habitan los respiraderos submarinos y los valles secos de la Antártida, revolucionando así las ideas sobre la evolución de la vida en nuestro planeta. El Dr. Sasselov dijo: "Me gustaría saber, dentro del diseño de experimentos e instrumentos para buscar vida, si debo considerar el buscar lo mismo que existe acá en la Tierra, o si hay otras opciones". "¿Vamos a buscar las mismas moléculas que tenemos y conocemos aquí, o ampliaremos nuestro rango de búsqueda?"


El Lago Mono posee una composición química inusual, especialmente su alta salinidad, alcalinidad alta, y los altos niveles de arsénico.


El fósforo es uno de los seis elementos químicos que, durante mucho tiempo es considerado como un elemento esencial para la proliferación de la Vida tal cual la conocemos hoy. Los otros son el carbono, el oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno y el azufre. Mientras, la naturaleza ha sido capaz de diseñar sustitutos para algunos de estos elementos que existen en pequeñas cantidades y con fines especializados (como por ejemplo el hierro que la naturaleza lo usa para transportar oxígeno), hasta ahora no ha habido ningún sustituto para la base de estos seis elementos. Sin embargo, dicen los científicos, existe la posibilidad de encontrar los reemplazos de otros productos químicos. Digamos que algo más legendario, algo muy querido por los autores de ciencia ficción, y es la sustitución del silicio de carbono.


Las cadenas de fósforo forman la columna vertebral del ADN y sus enlaces químicos, en particular en una molécula conocida como trifosfato de adenosina, que es el principal medio por el cual las criaturas biológicas almacenan energía. "Es como una pequeña batería que lleva la energía química dentro de las células", dijo Scharf. Tan importantes son estas "baterías", dijo el doctor Scharf, que la temperatura a la que se descomponen, a unos 160 grados Celsius (320 Fahrenheit), es considerada la temperatura límite para la vida.


El arsénico se encuentra justo debajo del fósforo en la tabla periódica de los elementos y comparte muchas de sus propiedades químicas. De hecho, esta cercanía química es lo que lo hace tóxico, afirma la doctora Wolfe-Simon, permitiéndole deslizarse fácilmente en la maquinaria de una célula, como el aceite malo en el motor de un automóvil.


Una micrografía electrónica de barrido de la cepa de la bacteria GFAJ-1.


En una conferencia en la Estatal de Arizona sobre la vida extraterrestre en 2006, la doctora Wolfe-Simon sugirió que un organismo que pueda desarrollarse en un ambiente con arsénico en realidad podría haber incorporado en su estilo de vida el arsénico en lugar del fósforo. En un documento posterior en el Diario Internacional de Astrobiología, ella, junto a Ariel Anbar y Paul Davies, de la Universidad Estatal de Arizona, predijo la existencia de formas de vida con arsénico.


-Entonces, Felisa lo ha encontrado! ", Dijo el Dr. Davies, que desde hace mucho tiempo defendió la idea de buscar "vida extraña" en la Tierra, así como en el espacio y es co-autor del nuevo documento. En su razonamiento expresó que esos organismos tenían más probabilidades de encontrarse en ambientes que ya son ricos en arsénico. La Dra. Wolfe-Simon y sus colegas tomaron muestras del lodo del lago Mono, que es salado, alcalino y pesado en arsénico. A pesar de su predicción de que dichos organismos se alimentan cada vez más de arsénico, la doctora Wolfe-Simon dijo que cada día, cuando entraba a su laboratorio a supervisar el comportamiento de estas bacterias, temía encontrarse con la noticia de que algunas hubiesen muerto, pero no lo hicieron. "Como bioquímica, me dije: estas cosas no tiene sentido", recordando el momento.


Una bacteria conocida como cepa GFAJ-1 de la familia Halomonadaceae de Gammaproteobacteria, demostró tener un mejor crecimiento que las demás bacterias del lago, aunque con algunos cambios respecto a su normal. Las células cultivadas en el arsénico tuvieron cerca del 60 por ciento por encima de las células cultivadas con el fósforo. En el etiquetado del arsénico con radiactividad, los investigadores pudieron concluir que los átomos de arsénico habían tomado posición en el ADN de los microbios, así como en otras moléculas de su interior, explicó la Dra. Joyce. "teníamos en nuestras manos una "pistola humeante" pues sabíamos de antemano que no había arsénico en la columna vertebral del trabajo del ADN".


A pesar de este gusto por el arsénico, los autores también informaron que la cepa GFAJ-1 crece considerablemente mejor cuando se le proporciona fósforo, por lo que de alguna manera todavía prefieren una dieta de fósforo. "todavía había cierta cantidad de fósforo en la bacteria, es como aferrarse a cada molécula de fosfato pasado, y vivir al límite", dice la Dra. Joyce y puntualiza, "me sentía mal por los errores".


Por Dennis Overbye

http://techcrunch.com/

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